jueves, 26 de junio de 2014

Posted by Andra on 12:27 p.m. 1 comment


Empece mi maternidad completamente ignorante en el tema de la lactancia. Todo mi embarazo habia rezado a la divinidad para tener leche ya que mi madre nos habia amamantado a mi y a mi hermano solamente 3 meses porque su leche “habia sido mala y se le corto rapido”. Gracias a que tuve el apoyo de mi pareja y acceso ilimitado a internet, supere rapido los primeros problemas de lactancia (dolor en los pezones, mala postura, sobre-estimulacion con el saca-leche y mi angustia). Fui y sigo siendo una de las pocas afortunadas que han gozado de una lactancia maravillosa y del empoderamiento y la confianza en mi misma que han sido beneficios directos de esta.

En los primeros meses de mi puerperio estaba llenisima de oxitocina, flotaba en una nube de felicidad y queria gritarle a todo el mundo “Mirenme, toda la leche que me sale! Mirenme como alimento a mi bebe desnuda, solo con mi pecho!”. Tambien sentia las ganas enormes de compartir mi leche y mi felicidad con todas las madres y todos los bebes. Hice varios llamados para averiguar donde podria donar mi leche, ofreci amamantar los bebes de madres que a penas conocia (seguro que les he parecido completamente loca a muchas) y segui absorbiendo muchisima informacion sobre todo relacionado al tema.

Mi preocupacion principal era compartir mi felicidad, mi logro y alentar a todas las mujeres a sentirse igual de poderosas y en confianza como yo. Cuando veia un bebe chupando su mamadera me daba pena por el y por su mama (porque creia que no podian gozar de las mismas sensaciones que yo), me daba rabia (imaginandome la falta de apoyo y de informacion para la madre) y para ser honesta, incluso asco. Mi perspectiva de mujer afortunada con su lactancia era muy limitada.

Y una vez me encontre con una pareja en mi feria de Santiago centro quienes tenian un bebe muy chico. Me acerque para hablarles sobre el porteo ergonomico y mostrarles mi fular y en la conversa me entere que la madre ya no amamantaba. Quedamos en ir a su casa y prestarles uno de mis fulares para enseñarles como usarlo. Unos dias despues fui a su casa y me contaron tambien el gran trauma que ha sido para ellos el tema de la lactancia. El bebe era todavia muy chico, asi que en mi entusiasmo les propuse ayudarlos con informacion sobre como relactar, con buscar madres-donantes de leche materna y con todo lo que necesitaban para olvidarse del relleno y llegar a la misma felicidad que yo, amamantando. La misma noche despues de que mi hija se durmio, imprimi unas veinte-treinta paginas de informacion, puse un aviso en un grupo de madres y estaba euforica y feliz porque habia encontrado a un bebe para salvar.
Seguia con mi perspectiva limitada que ignoraba muchas nuances, mucho sufrimiento, lagrimas, dolores y desesperacion.

Pero gracias a esta madre que no pudo amamantar, gracias a su apertura en contarme su historia de dolor y gracias a su valentia en decirme “Mira, Andra, lo hemos pensado y no queremos tratar de relactar. Estamos bien asi. La pena fue demasiado grande y no quiero volver a sentirla” - gracias a todo esto, yo he podido aprender. Ella me enseño a abrir mi corazon y mi mente y mirar al mundo desde una perspectiva mas amplia, mas empatica y menos juzgadora. Todavia sigo aprendiendo la enorme leccion de la empatia y del amor, estoy en este proceso que nunca terminara!

Creo que asi como nosotras, las talibanas de la lactancia hemos entendido mal a las madres que no amamantan, de la misma manera se nos ha entendido mal a nosotras. Nuestra pasion, nuestro bombardeo de informacion, nuestras voces que causan polemica y muchas veces culpa, nacen desde el deseo tremendo de compartir nuestra felicidad. De gritarles a todos que se equivocaron: a los que nos han dicho que hay que rezar para tener leche o que es cosa de suerte, o que existen las malas leches que no alimentan, que nos han dicho muchas mentiras y que no han aprovechado de la revolucion informatica que estamos viviendo en los ultimos 10-15 años. A las talibanas nos encantaria que todas las mujeres sientieran la lactancia como un orgasmo prolongado, como la tranquilidad y paz divinas que nos inunden al tener a nuestras crias al pecho. Es por eso que salimos a la calle, con las tetas al aire. Es por eso que compartimos informacion cada dia y no acceptamos mas la propagacion de mitos.

Y tambien es porque sabemos que aun mas importante que nosotras, aca, hoy y ahora, son nuestros hijos y nietos, el legado que dejaremos. Muchas mujeres no han tenido ni el apoyo, ni la informacion, ni las redes, algunas efectivamente no han podido lactar por todo lo que han tratado – pero todo esto no cambia el hecho de que podemos transformar nuestra perdida, nuestra pena, trauma, dolor inmenso, en un tesoro para el futuro. Podemos soñar con sanar nuestras heridas apoyando y empoderando nuestras hijas, las hijas de nuestras hijas y tambien nuestros hijos y nietos – ellos seran los padres contenedores e informados del futuro!

Y tengo la conviccion de que aqui, en este punto preciso, nos podemos encontrar ambos lados: las que dan relleno y las que amamantan. Todas somos madres quienes queremos lo mejor para nuestros hijos. Todas sentimos solidaridad y empatia hacia las otras mujeres y sus hijos. Todas queremos ser acceptadas, vistas, validadas, amadas! No existen las malas madres - este es el mito mas grande, la mentira mas odiosa que nos han dicho! Somos todas las mejores madres que podemos ser con los recursos que tenemos. A veces mas recursos, otras veces menos - cosa de suerte, trabajo, apoyo, de infinitas variables.

Es tiempo de parar las guerras y es tiempo de amarse y amar.


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