Empece mi maternidad completamente
ignorante en el tema de la lactancia. Todo mi embarazo habia rezado a
la divinidad para tener leche ya que mi madre nos habia amamantado a
mi y a mi hermano solamente 3 meses porque su leche “habia sido
mala y se le corto rapido”. Gracias a que tuve el apoyo de mi
pareja y acceso ilimitado a internet, supere rapido los primeros
problemas de lactancia (dolor en los pezones, mala postura,
sobre-estimulacion con el saca-leche y mi angustia). Fui y sigo
siendo una de las pocas afortunadas que han gozado de una lactancia
maravillosa y del empoderamiento y la confianza en mi misma que han
sido beneficios directos de esta.
En los primeros meses de mi puerperio
estaba llenisima de oxitocina, flotaba en una nube de felicidad y
queria gritarle a todo el mundo “Mirenme, toda la leche que me
sale! Mirenme como alimento a mi bebe desnuda, solo con mi pecho!”.
Tambien sentia las ganas enormes de compartir mi leche y mi felicidad
con todas las madres y todos los bebes. Hice varios llamados para
averiguar donde podria donar mi leche, ofreci amamantar los bebes de
madres que a penas conocia (seguro que les he parecido completamente
loca a muchas) y segui absorbiendo muchisima informacion sobre todo
relacionado al tema.
Mi preocupacion principal era compartir
mi felicidad, mi logro y alentar a todas las mujeres a sentirse igual
de poderosas y en confianza como yo. Cuando veia un bebe chupando su
mamadera me daba pena por el y por su mama (porque creia que no
podian gozar de las mismas sensaciones que yo), me daba rabia
(imaginandome la falta de apoyo y de informacion para la madre) y
para ser honesta, incluso asco. Mi perspectiva de mujer afortunada
con su lactancia era muy limitada.
Y una vez me encontre con una pareja en
mi feria de Santiago centro quienes tenian un bebe muy chico. Me
acerque para hablarles sobre el porteo ergonomico y mostrarles mi
fular y en la conversa me entere que la madre ya no amamantaba.
Quedamos en ir a su casa y prestarles uno de mis fulares para
enseñarles como usarlo. Unos dias despues fui a su casa y me
contaron tambien el gran trauma que ha sido para ellos el tema de la
lactancia. El bebe era todavia muy chico, asi que en mi entusiasmo
les propuse ayudarlos con informacion sobre como relactar, con buscar
madres-donantes de leche materna y con todo lo que necesitaban para
olvidarse del relleno y llegar a la misma felicidad que yo,
amamantando. La misma noche despues de que mi hija se durmio, imprimi
unas veinte-treinta paginas de informacion, puse un aviso en un grupo
de madres y estaba euforica y feliz porque habia encontrado a un bebe
para salvar.
Seguia con mi perspectiva limitada que
ignoraba muchas nuances, mucho sufrimiento, lagrimas, dolores y
desesperacion.
Pero gracias a esta madre que no pudo
amamantar, gracias a su apertura en contarme su historia de dolor y
gracias a su valentia en decirme “Mira, Andra, lo hemos pensado y
no queremos tratar de relactar. Estamos bien asi. La pena fue
demasiado grande y no quiero volver a sentirla” - gracias a todo
esto, yo he podido aprender. Ella me enseño a abrir mi corazon y mi
mente y mirar al mundo desde una perspectiva mas amplia, mas empatica
y menos juzgadora. Todavia sigo aprendiendo la enorme leccion de la
empatia y del amor, estoy en este proceso que nunca terminara!
Creo que asi como nosotras, las
talibanas de la lactancia hemos entendido mal a las madres que no
amamantan, de la misma manera se nos ha entendido mal a nosotras.
Nuestra pasion, nuestro bombardeo de informacion, nuestras voces que
causan polemica y muchas veces culpa, nacen desde el deseo tremendo
de compartir nuestra felicidad. De gritarles a todos que se
equivocaron: a los que nos han dicho que hay que rezar para tener
leche o que es cosa de suerte, o que existen las malas leches que no
alimentan, que nos han dicho muchas mentiras y que no han aprovechado
de la revolucion informatica que estamos viviendo en los ultimos
10-15 años. A las talibanas nos encantaria que todas las mujeres
sientieran la lactancia como un orgasmo prolongado, como la
tranquilidad y paz divinas que nos inunden al tener a nuestras crias
al pecho. Es por eso que salimos a la calle, con las tetas al aire.
Es por eso que compartimos informacion cada dia y no acceptamos mas
la propagacion de mitos.
Y tambien es porque sabemos que aun mas
importante que nosotras, aca, hoy y ahora, son nuestros hijos y
nietos, el legado que dejaremos. Muchas mujeres no han tenido ni el
apoyo, ni la informacion, ni las redes, algunas efectivamente no han
podido lactar por todo lo que han tratado – pero todo esto no
cambia el hecho de que podemos transformar nuestra perdida, nuestra
pena, trauma, dolor inmenso, en un tesoro para el futuro. Podemos
soñar con sanar nuestras heridas apoyando y empoderando nuestras
hijas, las hijas de nuestras hijas y tambien nuestros hijos y nietos
– ellos seran los padres contenedores e informados del futuro!
Y tengo la conviccion de que aqui, en
este punto preciso, nos podemos encontrar ambos lados: las que dan
relleno y las que amamantan. Todas somos madres quienes queremos lo
mejor para nuestros hijos. Todas sentimos solidaridad y empatia hacia
las otras mujeres y sus hijos. Todas queremos ser acceptadas, vistas,
validadas, amadas! No existen las malas madres - este es el mito mas
grande, la mentira mas odiosa que nos han dicho! Somos todas las
mejores madres que podemos ser con los recursos que tenemos. A veces
mas recursos, otras veces menos - cosa de suerte, trabajo, apoyo, de
infinitas variables.
Es tiempo de parar las guerras y es
tiempo de amarse y amar.
Categories: Lactancia Solidaria
Excelente! Me siento identificada contigo, gracias por compartir
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