domingo, 6 de julio de 2014

Posted by Paz Peña on 7:17 p.m. No comments

Empatizando con mi bebé

El impacto de la vida fuera del útero

Cada nuevo bebé que nace, sin variación a lo largo de la historia, espera encontrarse siempre en brazos de su madre. El cuerpo materno es el único medio capaz de entregar el nivel de confort necesario para enfrentar el medio hostil al que devenimos: frio, hambre, ruidos sin amortiguar, cambio de postura, etc.

Los bebés no pueden resolver absolutamente nada por sus propios medios, entonces, es el llanto es el único medio con el que cuentan para avisar que algo no está bien. El llanto siempre es una llamada de atención. Si cada vez que el bebé necesita algo recibe nuestra atención, el bebe desarrolla una fuerte seguridad interior que facilitará la vida cotidiana.

Durante el embarazo el bebé acompaña a la madre; durante el puerperio es la madre quien acompaña al bebé. Entonces, el primer asunto a resolver es si damos prioridad a las necesidades de nuestro bebé o damos prioridad a nuestras propias necesidades.

Al dejar al bebé llorar, sin atención, eventualmente se va a callar, pero no significa que el bebé haya recibido los cuidados que requería. Dejar al bebé llorar sólo le hace entender que llorar no sirve para nada, y algo peor, desplazará entonces sus manifestaciones sobre otro pedido que pueda ser escuchable por la mamá, como por ejemplo, enfermarse. Entonces la mamá va a mirar la enfermedad en vez de mirar al bebé necesitado.

En todos los casos todos los bebes lloran, todos los mapadres lo pasamos mal, pero nos diferencia la firme intención de empatizar con el bebé e intentar comprender que  algo quiere manifestarnos.

Tomar en brazos, acunar, ofrecer el pecho, observar, entregar palabras amorosas, cobijar, abrazar. Si después de todo esto el bebe todavía está molesto, es momento de preguntarse "¿qué ME pasa?" en lugar de qué LE pasa.
Madre y bebé compartimos el mismo territorio emocional, sentimos lo mismo, aunque físicamente estemos separados, lo que se denomina Fusión emocional. El bebé manifiesta todo lo que hemos relegado a la sombra: abandonos emocionales, dolores sin nombre, pérdidas afectivas, justo lo que nos hemos empeñado en olvidar, lo que nos duele o nos dolió.

Por eso, cada vez que el bebé llora además de cubrir las necesidades básicas del bebé es importante conectarnos con nuestros propios conflictos, encararlos con mayor madurez, y si a pesar de todo el bebé sigue llorando, es muy importante hacernos acompañar por personas que nos den cobijo, compañía, ayuda, sin juzgarnos. Hacer tribu, porque las madres y los bebés nos lo merecemos.

Fuente: videos ¿Por qué llora mi bebé? de Laura Gutman

Laura Gutman: ¿Por qué llora mi bebé?. Parte 1

Laura Gutman: ¿Por qué llora mi bebé?. Parte 2




Te recomendamos leer "La Maternidad y el encuentro con la propia sombra" disponible en Biblioteca CEL.


Los segundos nueve meses: La exterogestación y la necesidad de ser llevado

La gestación fuera del útero-"La gestación Exterior" 

La simple observación de un recién nacido clarifica su naturaleza indefensa. Necesita calor y alimento. No puede alejarse del peligro y no puede usar palabras para comunicar sus necesidades. Tiene el reto de usar su sistema nervioso para comprender el espacio y su relación con él, respirar por sí mismo para hacer circular el oxígeno y nutrientes a todo su cuerpo; para comer, digerir y eliminar residuos. Es evidente que el recién nacido pasa por una transformación que no se produce instantáneamente, sino gradualmente, mayoritariamente durante el primer año de su vida. Durante este tiempo debe ser llevado a todas partes. Todavía tiene un largo camino por recorrer antes de que pueda gestionarse por sí mismo. Esta relación simbiótica entre la madre y el bebé está "naturalmente diseñada para ser aún más intensa e interoperativa después del nacimiento" que durante su gestación en el útero (Montagu, 1988, 75).
 "El nacimiento no sólo constituye el comienzo de la vida de la persona sino que conlleva el final de la gestación. El nacimiento representa una serie compleja y muy importante de cambios funcionales que sirven para preparar a los recién nacidos para el paso por el puente entre la gestación en el útero y la gestación que continuará fuera del útero. "(Montagu, 1986, 57)
El bebé debe ser alimentado de una forma que represente lo más posible la intimidad del embarazo hasta que la gestación "exterior" ("gestatio"- latin, llevar o transportar) se ha completado. Esto significa que el bebé debe estar en proximidad constante con su madre, ya sea en los brazos de su madre o en contacto con el cuerpo de su madre gracias a un con un trozo de tela u otro portabebé.
Leer artículo completo sobre exterogestación AQUÍ

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